viernes, 19 de octubre de 2012
De mi persona
De mi persona,
cada esquina.
De su aroma,
inquina mezquina,
que sube y culmina,
que destroza y fulmina,
que quema, que roe,
con cada gota que destila.
La cosa tarde o temprano termina,
porque las cosas siempre terminan.
La mecha prendía,
la llama se encendía.
Nubes de sangre,
escenas de amor morían.
Las cosas que no hacía,
las cosas que sí decía,
menos verdad y más mentira.
Todo mentira.
Probablemente,
todavía no sepa que le tocó la lotería.
Probablemente,
todavía no sepa que no se conocía.
Probablemente,
siga construyendo montañas de papel
en las sangrías de su día a día.
Yo, mientras tanto,
soy real, con mi cerveza al mediodía.
Porque ser real, ser de verdad,
es una alegría.
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