Más te vale acostumbrarte a estar solo.
A morir,
a perderte en la ciudad de las horas,
a consumirte en la esquina de un segundo.
Más te vale,
por ti y por los que te rodean,
guardar tus lágrimas en la boca de la almohada
y llorar hacia dentro.
Luchar con tus propias armas
y no dejar la confianza en ti mismo
colgando de las manos de otra persona.
Esa manera de andar,
apoyándote en las paredes no traerá nada bueno,
porque cuando ellas caigan,
que caerán, caerás tú con ellas.
Más te vale aguantar
los huracanes de sangre,
el eterno baile pegado a la locura,
el momento en el que sabes que no puedes explotar
porque ya estás ardiendo.
Camina solo,
lucha solo,
vive solo
y muere solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario