lunes, 16 de julio de 2012

No me rindo

Las paridas de la vida,
las cosas están jodidas,
podridas,
pero los ojos no están en las heridas,
están en las postillas.
Y aunque perdidas,
las suelas de mis zapatos
siguen en su batalla,
agujereadas, manchadas,
y por su camino caminan.

No me rindo, no me rendiré.
Ni me permito pensar
en estar rendido.
He cruzado valles en llamas,
pero mi corazón
nunca estará fundido.

Si me caigo, me levanto.
Si escasean las sonrisas,
yo espanto al llanto.
Si el viento sopla tristeza,
yo soplo al desencanto.
Si las voces callan,
yo me invento mi canto.

Los terremotos de sangre ardiente,
pura corriente, que demente,
corre por las grietas del alma
inundadas por los ríos del presente.
Pero la mano se rebela,
cancela una caída ya ausente,
porque en mi tierra mando yo.
En mi tierra soy yo el presidente.

No me rindo, no me rendiré.
Ni me permito pensar
en estar rendido.
He cruzado valles en llamas,
pero mi corazón
nunca estará fundido.

Si me caigo, me levanto.
Si escasean las sonrisas,
yo espanto al llanto.
Si el viento sopla tristeza,
yo soplo al desencanto.
Si las voces callan,
yo me invento mi canto.

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