Por cuatro coños...
Son las ocho y todavía no has venido.
Habíamos quedado a las siete, ¿estás jugando conmigo?
Y cuando llegues, te tendré que poner buena cara.
No te preocupes, que el gilipollas se lo traga.
Se me quitan las ganas, pero me mantengo.
Tan cerca pero tan lejos de mí, aunque lo intento.
No estoy oyendo lo que me dices,
demasiado concentrado en el objeto que pretendo.
Yo venga a hablar, a escuchar, a aguantar,
respirar, inspirar, porque estoy saturado.
Y tú a gritar, a vomitar, a contar,
a aplastar, a ignorar que me estoy muriendo a tu lado.
La profundidad de mi corazón
es algo que esas putas nunca entenderán,
¿qué coño?, estoy muy por encima
de lo que esas cuatro tontas merecen soñar.
Bah, a veces creo que no puede ser verdad
que sea tan difícil encontrar
a una chica con clase, a una chica normal,
a una que no te acostumbre a sospechar.
Ideal, en mi utopía, algún día,
quiero encontrar a esa piva, hacerla mía.
Perderme entre sus piernas, un finde en un hotel,
mi mano traviesa se escapa bajo el mantel.
Y comerle la boca sobre pistas de rap,
¿quizás fumar después de follar?
Nos veo desde el techo, tumbados en la cama,
la brisa conquistando, empezamos a hablar,
con pocas palabras, menos es más,
dándole mis ojos, esa chica es especial.
Que me atrape mientras yo me deje atrapar.
Si merece la pena, toda esa mierda da igual.
Por cuatro coños...
Tanta rallada, tanta pollada,
tantas maneras y parafernalias decoradas,
tanta pasta tirada y cuentas pagadas,
solo quiero ver tus ojos en sublime mamada.
Tantas payasadas, tantas mariconadas,
tantas cagadas para que al final no pase nada.
Las agujas del reloj corren vociferando
mientras me rajo la garganta con otra calada.
Que te jodan, hostia, no quiero volverte a ver.
Locas de mierda quieren cambiar mi manera de ser.
Mi orgullo no se compra con unas bragas.
Me dormiré con el papel junto a la almohada.
Zorra, pon de tu puta parte. Sáltate el guión.
¿Por qué esperar siempre a que todo lo haga yo?
¿Por qué no me llama? ¿Por qué no me quiere ver?
Pues porque eres tonta del culo, joder.
Puta de mierda, me tienes hasta los huevos.
Y yo esforzándome por conocer algo nuevo.
Supongo que no puedes ni darte cuenta.
Me gustaría verte si cambiáramos las tornas del juego.
A la mierda tu ego, sí, seguro que sí,
descansa un poco para la reflexión,
piensa en tu asquerosa antipatía,
y mira en tu pecho, ¿no hay corazón?
No me sorprende, esas cosas se ven de venir.
Estoy harto de fingir, estoy loco por huir.
Tengo la mirada perdida y me pregunto
por qué todo esto me tiene que pasar a mí.
Tú te puedes ir con tu amiguita al baño,
DNI dice 20, tus actos 5 años.
Hundido en el jacuzzi, una copa de champán,
esos labios tan cercanos empiezan a jugar.
C