martes, 10 de diciembre de 2013

Lucía

11:06 de la mañana,
café caliente, suena C. Tangana.
¿Debería hacer algo con mi vida?
Puede, pero no tengo ganas.
El sol en mi cara, los ojos cerrados.
Romper el techo con esos billetes guardados.
En la silla, el horizonte desnudo.
Quizás la suerte me haya abandonado.
Las sábanas, de angustia encogidas.
Sus curvas son ansias entumecidas
y sus contornos se van secando
con la sangre que gotea de las heridas.
¿Quién es esa chica?
Verano, la primera vez que te miré.
¿No notaste que había algo más
detrás del cigarro al que te invité?
Me atrapaste, no sé por qué.
Tu voz tenía algo demasiado especial.
Tú reías, el sonido del mar,
y yo pensando en qué podría pasar.
Dos pasos detrás, decidí observar,
pude ver el fuego antes de explotar.
No quería quererte, mi lucha contra mí,
pero al final caí y me dejé llevar.
Tus ojos clavados bajo mi pecho
y al verte, tragaba saliva.
¿Recuerdas cuando te invité a salir
y me respondiste usando evasivas?
Leí un par de veces la conversación,
no te cuento ninguna mentira.
Empecé a alejarme de ti
porque tu sombra estaba siempre encendida.
Lucidez chocando contra las paredes.
Mi cabeza rota por las alcantarillas.
Resistiendo al vacío del vuelco
al ver ese rizo tonto sobre tu mejilla.
Eras tan rara, tía, tan rara.
Agridulce, como una despedida.
Escuché unas palabras que no quise oír
y te fui dando por perdida.
Soñando demasiado, en mis cielos.
Saco la rosa en la enredadera.
Ciego, mi piel contra los barrotes.
Creo que te imaginé mejor de lo que eras.
¿Empezar otra vez? No, no, no.
No quiero ni oír hablar de amor.
Esas piernas, que van de estación en estación
y que una de ellas sea mi colchón.
Hundir la cabeza en el corazón de un sujetador
y estar solo cuando suene el despertador.
Tengo que invertir en mí,
cambiar esto, montarme en un avión.
Pero me da igual, me gustaste y me gustó
que me hicieras eso de querer ser mejor.
Es hermoso ser otro tonto más
que duerme con el fantasma de la ilusión.
He visto tu foto con el vestido negro
y he sobornado a ese segundo.
A veces te veo, tu sonrisa
en mis huesos, tocaste profundo.
No sé si algún día leerás
lo que aquí te dejo escrito.
No sé que será de nosotros.
Un beso y que te vaya bonito.

C

No hay comentarios:

Publicar un comentario