Quiero ser grande como David
y que todas esas zorras vengan a por mí.
Le busco el sentido a esto de vivir,
perdido en su escote y oyéndola gemir.
Entender que esta vida no está hecha pa ser feliz
es clave, para algún día, llegar a serlo.
Estoy sacando los dientes como un perro
y sigo con las ganas de irme después de hacerlo.
Mis oraciones, puestas en mi verbo,
en mis labios no quedan besos de esos tiernos.
Nunca más probar el collar de siervo,
porque por esas morí, si mal no recuerdo.
Al fuego bien quemado el pasado,
en el presente lo tengo todo amontonado.
Con la sensación de estar bañado en oro,
a coro me grito que todavía no he brillado.
Por mi debilidad, nació mi fuerza.
Por malas jerarquías me quité las cuerdas
y ahora me río de mí mismo
y de esas cerdas si por casualidad llego a verlas,
porque te juro que cada vez voy más ciego,
labrándome digno el porvenir para mi ego.
No me fío ni de mi maldita sombra
porque esa es una puta que te la juega luego.
Hablando de juego, el caso es seguir tirando,
aunque a veces no sepa muy bien quién va al mando.
Muy, muy alto, si ella está bajando,
porque el tiempo está justo aquí, marchando.
Se me quedan cortas las expectativas,
donde mis ojos miran, bien arriba,
ardiendo el corazón por probar mi valía,
día tras día, tía tras tía...
C
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